"Siempre es un alivio que mis personajes puedan darse el lujo de enloquecer por mí"
(Javier Miranda-Luque)
(VAN GOGH INTERVENIDO ES UNA IMAGEN DE KNIGHT POTTER)
"Debemos reconsiderarlo todo. El tedio opera prodigios" (Cioran)
Esta cibernovela se encuentra participando en 2008 CULTURAS, peculiar net-convocatoria plurimediática, auspiciada por el Ministerio de Cultura de España. Se trata de una vasta exposición virtual a la que se puede acceder pulsando AQUÍ. ©MALDITA WEB es la pieza número 741.

martes, 9 de octubre de 2007

CAPÍTULO 4

Gutiérrez

-Rosa dice: Yújuuuuuuu, Henry, aquí te estoy esperando.

-Henry dice: No esperes más, que aquí mismitico me tienes.

-Rosa dice: Y sigo incorporando venezolanismos a mi léxico.

-Henry dice: Y ahora es cuándo.

-Rosa dice: Presumo que ese es otro.

-Henry dice: Anjá.

-Rosa dice: Bueno, a lo nuestro. ¿Dónde están tus escritos tan novedosos y revolucionarios que no me los puedes enviar por la red, porque te los roban, te plagian, García Márquez te imita o te los copia Pérez Reverte, Manuel Vicent o tu compatriota Boris Izaguirre, quien aprovecha, de una vez, para leerlos en Crónicas Marranas, mientras nos muestra su culo famoso o le toca las tetas a Loles León.

-Henry dice: Bravo, Rosa, eres adicta a la telebasura.

-Rosa dice: Sufro de insomnio, pelmazo intelectualoide, y viendo tele me quedo dormida.

-Henry dice: Roncando.

-Rosa dice: Como tu puto perro.

-Henry dice: Pensé que te gustaban los animales.

-Rosa dice: Me gustan los bípedos de pelo en pecho y bíceps, tríceps, desarrollados.

-Henry dice: Paso y gano, Rochela, soy lampiño y te informo que a los fisiculturistas se les atrofia el principal músculo del cuerpo, que no es el corazón, ni la lengua.

-Rosa dice: Estamos afilados.

-Henry dice: Como las espadas de las novelas de Pérez Reverte.

-Rosa dice: No peleemos, esto no es un duelo !

-Henry dice: ¿No te gusta el combate cuerpo a cuerpo?

-Rosa dice: No, en serio, concédeme el privilegio de conocer tus historias.

-Henry dice: No hay nada nuevo bajo el sol, Rosa.

-Rosa dice: Eso lo dijo algún personaje bíblico, hace miles de años.

-Henry dice: Anjá.

-Rosa dice: ¿Y qué me quieres decir entonces?

-Henry dice: Que cuando se trata de ficciones, se cuentan siempre las mismas historias, actualizadas a cada época, cambiándole, quizás, el nombre a los personajes, pero las motivaciones humanas siguen siendo las mismas desde la prehistoria, con más civilización ahora, con diferente vestuario y más sutilezas, pero...

-Rosa dice: Pero...

-Henry dice: Pero, Rosespina, los grandes temas siguen siendo Hamlet, Romeo y Julieta, el Quijote, la Divina Comedia, Sueño de una noche de verano, Otelo, una y otra vez, re-escritos y renovados.

-Rosa dice: ¿ser o no ser, robar o no robar, engañar o no engañar, recrear o no recrear?

-Henry dice: Es eso mismitico, doña Rosita ¡!

-Rosa dice: Y tú qué versionas: el conde de Montecristo, Los Miserables?

-Henry dice: A todos, mezclados en una licuadora con toques de mi propia inspiración.

-Rosa dice: Por ejemplo?

-Henry dice: Por ejemplo, lo que se me ocurrió esta tarde paseando a mi perro, fue escribir una novela breve, una noveleta, pues, sobre internet. Gente que se mete en la red y cómo se queda allí atrapada, en las ficciones de otros.

-Rosa dice: O no.

-Henry dice: O no atrapada, no engañada, no herida.

-Rosa dice: Sino inspirada, motivada, encantada.

-Henry dice: Vale. ¿Por qué no?

-Rosa dice: Eso. ¿por qué no, Henry? Eso mismo te pregunto yo, ¿por qué no lo positivo de combatir la soledad y conocer gente y acercarse a alguien, sin correr riesgos ¡!

-Henry dice: Tú los corriste y resultaste herida.

-Rosa dice: Unos rasguños.

-Henry dice: No es lo que me dijiste el otro día.

-Rosa dice: A lo mejor exageré un poquito, dramaticé para hacerlo más interesante, pero aquí estoy en la red.

-Henry dice: Vivita y coleando.

-Rosa dice: Otro venezolanismo.

-Henry dice: Que significa como si nada, como nueva, no pasa nada.

-Rosa dice: Pues sí.

-Henry dice: Fíjate, acabas de mencionar una de las claves de la ficción.

-Rosa dice: Reponerse?

-Henry dice: Dramatizar. Hacerlo más interesante. Mentir. Exagerar. Ponerle una lupa a los hechos y narrarlos de nuevo, bajo una perspectiva inusual. Agregar unas cosas, eliminar otras. Acelerar los acontecimientos.

-Rosa dice: Ya! Estoy que me como las uñas. Me muero de las ganas, Henry. No me dejes así.

-Henry dice: Vestida y alborotada. Otro criollismo.

-Rosa dice: Peor es quedarse desvestida y alborotada. Lo digo por experiencia y no te voy a contar más, no hasta después de alguno de tus cuentos. Empieza de una vez.

-Henry dice: No.

-Rosa dice: No?

-Henry dice: No.

-Rosa dice: ¿Cómo que no? Farsante, depredador.

-Henry dice: Me encanta que te cabrees. Como la cabra mocha de Josefita Camacho, que es mocha de los dos cachos.

-Rosa dice: Folklore.

-Henry dice: Etnomusicología y folklore actual. Eso es parte de la letra de una gaita, música popular que se escucha en navidad.

-Rosa dice: Está bien, si quieres me disfrazo de tu cabra mocha, pero a cambio de que me cuentes.

-Henry dice: Fíjate, Rosansiosa, lo que quería proponerte, y no me dejaste, es que compartiéramos la autoría de estas historias sobre internet, escribiéndolas a cuatro manos.

-Rosa dice: Como los cadáveres exquisitos de los surrealistas? Que tú comienzas a contar una historia y yo la sigo y tú continúas y yo la concluyo?

-Henry dice: Algo así, pero tratando de que sea más interactivo y dinámico y que se vuelva algo legítimamente creíble e interesante. Tratamos ¿?

-Rosa dice: Pero tú comienzas.

-Henry dice: Empecemos por algo rebuscado, bizarro. Mezclando el culo con las pestañas. Por ejemplo, metámonos con una institución sacrosanta.

-Rosa dice: El vaticano ¡

-Henry dice: Ya se ha escrito mucho sobre el raticano y la hipersensibilidad del pipi, así que apuntemos más abajo.

-Rosa dice: Una monja?

-Henry dice: Eso está mejor, pero dejémonos de venganzas personales y allí puedo oler una.

-Rosa dice: Me conoces.

-Henry dice: Como personaje, te intuyo. ¿Qué te parece un seminarista sin nombre propio, sin nombre de pila.

-Rosa dice: Pero tú y yo, dioses tutoriales de esta historia, tenemos que bautizar a la pobre y maltrecha criatura.

-Henry dice: Veo que ya jodiste al pobre hombre.

-Rosa dice: Nació predestinado. Se llama Gutiérrez.

-Henry dice: Y pertenece a la orden trodoglodita de los supervivientes del milenio bendito.

-Rosa dice: No usan ropa interior, no usan ninguna ropa, bajo su túnica de tela de frazada áspera, color mierda tristón (DE LA MISMA TONALIDAD ESCATOLÓGICA QUE EL TÍTULO DE ESTE CAPÍTULO)

-Henry dice: Aprobado el vestuario. Ahora a ver cuál es el drama, el nudo, el motivo ciego.

-Rosa dice: Deja la teoría y sigue el cuento.

-Henry dice: En el monasterio se vive en el oscurantismo, a la usanza de la edad media. No hay ninguna comodidad moderna. No hay agua caliente. Se iluminan con velas. Se acuestan con las gallinas.

-Rosa dice: Ah, no, zoofilia no.

-Henry dice: Se acuestan a la misma hora que las gallinas, al ponerse el sol. Duermen sobre almohadones de heno. Y se despiertan mucho antes de que amanezca, para flagelarse unos a otros.

-Rosa dice: Me suena medio maricón el asunto, Henry. ¿Tú no serás...

-Henry dice: Gay, no. Soy straight. Heterosexual. Muuuuucho macho latino. Y tú no...?

-Rosa dice: No, pero te encantaría que te dijera que sí, que también me gustan las mujeres y que te invitara a formar un trío para sobarte el bate?

-Henry dice: aprendes rápido en la cama. Si quieres, puedes sobarme el bate y sorbérmelo también, divina adivina.

-Rosa dice: Eso engorda

-Henry dice: Si no te lo tragas no

-Rosa dice: Y cuál es la gracia

-Henry dice: Mejor vuelve al monasterio

-Rosa dice: Los incautos monjes, legión de cobardes borregos, se despiertan antes de que salga el sol y se dedican al hastío y la humillación. Después desayunan y labran el campo.

-Henry dice: Qué bucólico. Y de pronto, rompiendo con todo este mundo de anacoretas atormentados... Por cierto, Rosa, te gusta Saura?

-Rosa dice: Mamá cumple cien años. Peppermint Frappé. Deprisa, deprisa. Amor brujo. Acabo de ver una retrospectiva que pasó el canal digital.

-Henry dice: Qué envidia, y sin moverte de casa, yo, aquí, para hacer eso tendría que esperar un ciclo en la cinemateca nacional o tratar de ubicar las películas en los videoclubes callejeros que allá in spain llaman top manta.

-Rosa dice: Yo poco me muevo de casa y no sé si sabes que Saura escribe de un tirón sus guiones.

-Henry dice: Entiendo, me estás llamando lento. Retomo la idea. Y de pronto, rompiendo con todo este mundo de anacoretas, vemos a Gutiérrez escapando, a hurtadillas, protegido por la oscuridad de la noche, escabulléndose por un pasadizo secreto del monasterio, reptando entre los campos de labranza hasta alcanzar un viejo torreón, angosto y alto como un faro (el faro de Rosalía le dicen los de la comarca), donde el monje, el seminarista, lo que sea, abre una gruesa y pesada puerta, con una llave oxidada que lleva amarrada en su cintura, debajo de su hábito roído

-Rosa dice: Y descubrimos una estancia, un aposento minúsculo, oscuro, sin ventanas, con olor a moho y encierro.

-Henry dice: Gutiérrez cierra la puerta con sigilo, gira un interruptor que busca a tientas en la pared y se enciende, sobre un mesón antiquísimo, una pequeña lámpara de mesa que, sorpresivamente, funciona con la pecaminosa y prohibida energía eléctrica

-Rosa dice: Donde reposa un ordenador.

-Henry dice: ¿Ves como funciona el contraste?

-Rosa dice: Lo enciende con impaciencia y...

-Henry dice: y...y...escribe su clave de acceso:

-Rosa dice: yo, pecador confieso

-Henry dice: muy larga!

-Rosa dice: Mea culpa

-Henry dice: Perfecta ¡

-Rosa dice: Te estaba cachondeando a ver si caías, por tu culpa, por tu culpa, por tu obsesionadísima culpa. Culpao, culpón, culponazo...

-Henry dice: Pecado mortal.

-Rosa dice: Esa sí.

-Henry dice: La pantalla de la computadora chisporrotea en la semi-obscuridad y los ojos del siervo de dios se acostumbran al fulgor cibernético, sus pupilas se contraen y enfocan el menú principal

-Rosa dice: No te vayas a poner técnico

-Henry dice: Sin perder tiempo, Gutiérrez accede a internet

-Rosa dice: Revisa su correo y no tiene mensajes. Nadie de sus contactos de messenger está conectado. Casi se muere de la impotencia y la decepción. Se le encoge su alma solitaria que sufre

-Henry dice: Rosita, perdona que te corte la inspiración, pero el personaje es un monje y no tú. Gutiérrez no tiene correo electrónico. Este hombre busca comunicarse con dios

-Rosa dice: Sí, gilipollas, escribiéndole directamente al mail: padrenuestro@questasenelcielo.com

-Henry dice: Eso es. Le manda, por enésima vez, un mail que no se le devuelve, pero que nunca obtiene respuesta.

-Rosa dice: Siempre le hace las mismas preguntas.

-Henry dice: Preguntas que nunca llegamos a leer, porque la cámara no nos deja.

-Rosa dice: La espalda del monje cabrón se atraviesa.

-Henry dice: Bueno, sí, pero

-Rosa dice: Ya me vas a coaccionar, a reprimir mi instinto creador, me vas a corregir, señorito guionista

-Henry dice: No te pongas así. Si vas muy bien.

-Rosa dice: Seguro. Primero te burlas del e-mail divino y después lo usas. Así te trata tu jefe?

-Henry dice: Exactamente, ahora sabes como se siente, Rosita y esas malas mañas se pegan. Perdóname. No lo vuelvo a hacer.

-Rosa dice: Claro que no. Ya estaré yo pendiente. Escribe.

-Henry dice: Jamás nos enteramos de las inquietudes que Gutiérrez le plantea a su creador.

-Rosa dice: Esto es como Frankenstein.

-Henry dice: Te das cuenta? Estamos versionando a Mary Shelley.

-Rosa dice: Con tal de que no nos salga una cicatriz en la cara.

-Henry dice: A lo mejor se te aparece el monstruo ese y te echa un polvo memorable. Ya te has fijado que no se haya colado en tu cuarto?

-Rosa dice: Me pones nerviosa. Voy a asegurar la ventana y cerrar la puerta con llave

-Henry dice: Rosa, que era broma. Roooossaaaa, cómo tardas! Mujer, qué haces?

-Rosa dice: Ya !

-Henry dice: Seguro te preparabas un trago o buscabas los cigarros.

-Rosa dice: Nada. Le daba una vuelta al baño y al cuarto, ya las puertas están aseguradas.

-Henry dice: No, es que tardaste tanto, que pensé que te fuiste a preparar un bocata o que te follabas al Franky.

-Rosa dice: Muy gracioso, mariposo. Me preparaba un bocata, mientras me follaba al Franky ¡

-Henry dice: Qué mujer tan versátil

-Rosa dice: No dejes tanto tiempo al monje solo, mira que puede volver al monasterio y dejarnos con los crespos hechos, como a un par de gilipollas.

-Henry dice: Rosa de mi vida, rosa de mi amor, los personajes no tienen vida propia.

-Rosa dice: Los tuyos no.

-Henry dice: Los tuyos sí?

-Rosa dice: Personalidad, vida y voluntad propia. Mis personajes hacen exactamente lo que les da la gana y yo no puedo hacer absolutamente nada para remediarlo.

-Henry dice: Perdona la pregunta, bonita, pero qué personajes son esos?

-Rosa dice: Los que me invento en la red.

-Henry dice: ¿!

-Rosa dice: No para ti, no ahora y aquí, sino cuando me aburro. Son personajes que me invento para los demás, para jugar, el baile de máscaras, el juego de rol y todas esas cosas. Tú no eres el único, querido, no te vayas a creer. Así como yo sé que yo no soy la única para ti. No te hagas el dolido, el ingenuo, el sorprendido y sigue adelante

-Henry dice: Uff, Rosa, me encantaría que fueras uno de mis personajes. Tienes fuerza, tienes arrastre

-Rosa dice: Puedo serlo.

-Henry dice: ¿Lo eres?

-Rosa dice: ¿Tú que crees?

-Henry dice: ¿eres un producto de mi imaginación o yo lo soy de la tuya?

-Rosa dice: Ni lo uno ni lo otro. O ambas opciones. Me acuerdo ahora de un programa radial que se transmitía todos los días al filo de la medianoche, se llamaba “Radio ficción” y siempre se presentaba diciendo “este programa no existe, ni tú”. La gente de mi generación estaba colgada y se escuchaba en toda España. A lo mejor, tú eres un personaje creado por mí, Henry. O los dos somos el sueño, la pesadilla o el fruto de la imaginación de alguien más que nos está “escribiendo” en este mismo momento.

-Henry dice: Rosa!

-Rosa dice: Qué?

-Henry dice: Déjalo, que me está dando dolor de cabeza. Dame un chance para buscar agua y tomarme un analgésico.

-Rosa dice: Qué sugestionable eres. Pero me imagino que eso les pasa a todos los escribidores, como tú dices. Debe ser algún tipo de enfermedad profesional y terminan creyéndose todo lo que escriben o ven o leen. Menos mal que no escribes necrológicos en un periódico, porque te imaginarías leyendo tu propia esquela mortuoria. Tampoco trabajes nunca en publicaciones médicas, ya que correrías el riesgo de sentir los síntomas de todas las enfermedades descritas, somatizarías y terminarías desarrollando alguna dolencia. Estás de vuelta?

-Henry dice: Sí, pero monté la cafetera. La cafeína acelera el efecto del analgésico.

-Rosa dice: Vale, yo aprovecho para ir al baño. Sigamos conectados.

-Henry dice: Rosita, que me has dejado preocupado. Si tus personajes son los que mandan, entonces es que tú estás delirando, ¿sabes? En el campo de la ficción, cualquiera que este sea, tú, el creador, siempre debe estar al mando

-Rosa dice: O si no?

-Henry dice: Fíjate en el follón de mundo que tenemos

-Rosa dice: Entonces, dios ha muerto?

-Henry dice: O está dormido, aburrido, ladillado, harto, desconectado, desentendido, desenfadado y, simplemente, ya no hay nadie al mando.

-Rosa dice: Interesante, pero creo que Gutiérrez puede ayudarnos.

-Henry dice: Gutiérrez es un pobre tipo que se mete en internet a ver páginas porno y masturbarse

-Rosa dice: Y se limpia en la túnica

-Henry dice: Y el hermano que lava la ropa se pregunta acerca de las manchas tan persistentes que no salen. Me voy de anecdótico, pero mientras escribía esto me vino a la mente una canción tontísima del grupo Aditus que decía algo así como “esta mancha en mi pantalón, no se quita, no, no, no, no se quita” y lo repetía mil veces. Había un locutor en Radiodifusora Venezuela, una emisora juvenil contestataria, que anunciaba la canción como un jingle comercial de un quitamanchas y decía que allí había publicidad subliminal

-Rosa dice: Pues podemos utilizar esa canción como banda sonora y tema promocional de la peli

-Henry dice: Cuál peli, Rosa, si acaso cuento corto, porque esto no llega ni a segmento de un programa unitario sobre internet.

-Rosa dice: ¿cómo que no, insensato? ¿qué te parece internet y el fin de las religiones? ¿internet la nueva religión? ¿dios vive en la red?

-Henry dice: Pues para mí tendría mucho sentido que dios, si existe, viviera en la web, siendo, como es, lo más étereo, intangible, lo más universal, planetario, cósmico, invisible e instantáneo, omnipresente, lo más ambiguo y lo más cercano al cielo, al más allá, a presencia y ausencia, ahora y aquí, pero también ahora y allá, aquí y allá. Internet encarna el concepto de la simultaneidad. Michelangelo hubiera enloquecido en la web.

-Rosa dice: Michelangelo vive en la red. Y también todos los demás. Freud, Mc Luhan, Dalí, Breton, Buñuel, Cezzane. Picasso no, que ese era un hijo de puta.

-Henry dice: Menos mal que al final te pusiste terrenal, Rosa, porque cuando te me vuelves la rosa mística...no sé si hablo contigo o con un espectro.

-Rosa dice: Y qué más da? Imagínate que soy un fantasma, un espectro, tu ángel de la guardia

-Henry dice: Dulce compañía, córtalo ya, o vas a terminar diciéndome que internet es un invento extraterrestre, una puerta dimensional, una ventana para asomarnos a otros mundos (pero que están en este, como ya dijo Paul Eluard), un espejo mágico, bah, rosita, bla, bah y mil veces bah

-Rosa dice: Vale, tú te lo pierdes...¿se te alivió la jaqueca?

-Henry dice: Hacía años que no veía escrita esa palabra. No, tengo el dolor de cabeza pegado.

-Rosa dice: Lo dejamos hasta aquí hoy?

-Henry dice: Y desechamos esta historia que nos ha quedado muy mala.

-Rosa dice: Fatal.

-Henry dice: Bueno, no te desanimes, Rosa, tómalo como la primera clase de un taller de escritura creativa que no ha salido del todo bien, ni del todo mal. La desechamos y mañana volvemos a empezar.

-Rosa dice: Oye, sólo me queda una duda ¿qué le hubieran hecho a nuestro monje onanista si lo agarraban conectado a la red?

-Henry dice: Tranquilita, que yo creo que mientras no se lo hubiera enchufado a ningún otro “hermano”, pues nada.

-Rosa dice: Creo que la sodomía, práctica usual, por lo demás, entre cofrades, habría sido lo de menos. Creo que hubieran sido todos más relajados, desprejuiciados y felices, con la mayor suma de felicidad posible y por cabeza, si cabe, digo, tanta felicidad, en un mundo de hombres, bicéfalos por naturaleza. Tantas cabezas y piensan tan mal o no lo hacen para nada. Pensar. Porque si de pen(e)sar se trata, no hay quien les gane en el reino de los bípedos, al menos...

-Henry dice: Coño, la vieja puta de Margaret Mead se coló en la red, clonada con Liliana Cavani.

-Rosa dice: Te dejo solo con tu dolor de cabeza. ¿una o dos?

-Henry dice: Una sola, la pensante, con la que te respondo.

-Rosa dice: No me seas infiel esta noche con otras en la red. Desconéctate ya, mira que te voy a estar vigilando, aunque sé perfectamente que puedes reconectarte a través de cualquiera de tus otras identidades, usando diferentes e-mails y nicks y...

-Henry dice: ¿otras identidades, diferentes nicks, e-mails? Me estás dando ideas.

-Rosa dice: Sueña conmigo.

-Henry dice: No me gustan las pesadillas ni los sueños obsesivos. Pórtate bien. Y no sigas de ronda por la red. Tú tampoco me montes cachos o tarros, como ustedes dicen.

-Rosa dice: Respondiéndome yo misma a mi pregunta, ya en el mismo plan onanista de Gutiérrez, estoy segura de que los otros monjes habrían agradecido infinitamente el milagro de internet, como una bendición, como lo que es y hasta habrían instituido una nueva orden religiosa en la red.

-Henry dice: O sea que ahora, además, internet constituye, según tú, una nueva teología de la liberación

-Rosa dice: Qué hispanoamericano que eres, teología de la liberación, hablas como el trasnochado de Eduardo Galeano en sus venas abiertas de américa latina (título efectista sugerido por algún publicista zurdo). Y aunque te duela, todavía no sé por qué pero espero averiguarlo, la red sí es una nueva religión (sin teología ni papa-natas, sin líderes ni intermediarios), sí es un epicentro de energías, sí es un canto a la biodiversidad y a la multiplicidad y a la simultaneidad que tú mismo decías

-Henry dice: Y es, también, una nueva droga para una nueva feligresía que hace proselitismo como los fastidiosos evangélicos o los testigos de nomejodasyá que tocan a tu puerta importunándote los domingos.

-Rosa dice: Pero quién toca a tu puerta en la red? Nadie va a buscarte, ni a invitarte, ni a molestarte. Tú, solito, eres quien te metes, te accesas, entras a los salones de chateo. ¿Entonces, fariseo?

-Henry dice: Sí.

-Rosa dice: No me mates con un sí y te excuses en tu dolor de cabeza.

-Henry dice: Sí.

-Rosa dice: Sí, ¿qué?

-Henry dice: Que sí, que tienes algo de razón en ciertas cosas, pero me irrita, no logro detectar por qué, tu defensa a ultranza de internet, tu alegoría, tu canto de alabanzas a la red, tu oh-sana, hey, sana, sana, sana-ho, sana-ho, sana, hey, sana (¿te acuerdas: Jesucristo superstar, el original, en inglés con subtítulos en español y no el cristo mancillado por camilo sesto balbuceando en gallego)

-Rosa dice: Pero cúal es tu rollo con internet si vives metido aquí? Si no te gusta, véte, desconéctate, quejica, arroja el puto ordenador por la ventana ¡!

-Henry dice: Va-le. En mi país, lo que me has dicho se llama “mandarme a lavar ese culo”. ¡qué gráfico, no?

-Rosa dice: A mí sí me emociona la red. Yo sí la disfruto. Estoy colgada?

-Henry dice: ¿lo estás?

-Rosa dice: Posiblemente sí, pero no arriesgo nada. No sacrifico horas de sueño ni dejo de comer, bañarme, fumar, asomarme a la ventana, ver el fútbol en la tele. No compro nada a través de la red. No soy tan incauta como para darle el número de mi tarjeta de crédito a nadie.

-Henry dice: No has escrito salir. ¿no sales?

-Rosa dice: Claro que salgo, pero es tan natural que se me ha olvidado

-Henry dice: A veces, internet me asusta. Siento que gana terreno en mi vida, suplantando otras cosas y, como tú me lo describes, me suena a bar abierto y a club de alcohólicos anónimos a la vez. Me explico?

-Rosa dice: Internautas anónimos? Ya lo somos!

-Henry dice: El cráneo se me parte en dos. Espero que no seas tú haciéndome vudú.

-Rosa dice: Y cómo, si no tengo ni una foto tuya.

-Henry dice: Ah, entonces no puedes.

-Rosa dice: Y no será tu noviecita de costa rica?

-Henry dice: Jamás me ha visto a imagen y semejanza.

-Rosa dice: Entonces es una migraña de puta madre y padre y señor mío. Disfrútala!

-Henry dice: Mañana, misma hora y mismo canal.

2 comentarios:

Karina Pugh Briceño dijo...

Qué delicia!

Tengo los ojos ardidos y la cabeza me estalla (puede ser pura empatía con el escribidor) pero no me he podido despegar.

El recurso del hipertexto le da una riqueza y un sentido del humor que he disfrutado mucho.

Mañana sigo con los capítulos que mis ojos aguanten.

©Javier Miranda-Luque dijo...

Karina: agradezco tu lectura, empatía y comentario. Por cierto, muy sabroso tu blog.

©MALDITA WEB

Internet se ha convertido en la vanguardia más salvaje de interacción humana. Y es que el ciberespacio genera una nueva forma de estar juntos, burlando todas las fronteras de sexo, edad, profesión y ubicación geográfica. ¿Ficción, autoengaño, juego de roles, suplantación de personalidad? En su propia modalidad, la red entreteje su maraña en torno a la soledad y pasiones del individuo seducido por una tecnología que se instaló entre nosotros para quedarse. Con su cuerpo de múltiples opciones, personalizadas según las preferencias de cada usuario, ©MALDITA WEB prodiga placer digital, orgiástico, anónimo e instantáneo. “¿Dios existe en red?”, se pregunta uno de los personajes de esta cibernovela que se asoma con impudicia a los e-mails y salones de chateo, desnudando a los internautas. No en vano, la web es el escenario donde se viene escribiendo este jardín de las delicias obscenamente contemporáneo.